La obra, pieza clave en la nueva red viaria,
ha costado 6,4 millones de euros.
La construcción de este puente fue acordada por la Junta de Gobierno Local, que con fecha de 19 de mayo de 2006, seleccionó como ganador del concurso de ideas convocado al efecto al proyecto presentado por LKS INGENIERIA.
El nuevo puente sobre el río Urumea se sitúa a la altura del Hotel Amara Plaza, siendo su eje perpendicular al río y alineado con el propio Hotel.
Se trata de un puente sin pilas en el lecho del río, por lo que la estructura se apoya en ambos márgenes del Urumea. De esta manera, surge un puente arco de planta y alzado asimétrico.
Dos arcos gemelos emergen desde la ribera derecha, se elevan sobre la rasante y apoyan en el paseo de la margen opuesta, conceptualizando un alzado sólo surcado por la horizontal de la plataforma.
En planta, emergen dos arcos paralelos de acero al carbono pintados de blanco y sección mixta rellena de hormigón. Su altura máxima sobre rasante es de 3,62 m. Ambos se completan con 13 péndolas resueltas mediante barra de acero inoxidable soldadas al propio arco.
La asimetría de los arcos provoca una figura de gran dinamismo que genera dos espacios con un carácter muy diferenciado. Por un lado la acera aguas arriba queda atrapada entre los arcos compartiendo ambiente con la circulación rodada. La acera aguas abajo queda separada del tráfico adquiriendo una personalidad diferente, aislada y recogida.
En cuanto a las aceras, se han colocado 45.000 baldosas de ocho colores, de forma hexagonal y diez centímetros siguiendo el diseño y las pautas que ha diseñado el artista Manu Muniategiandikoetxea. Este trencadís se ha colocado en la acera situada aguas arriba. En el resto se ha colocado madera, similar a la empleada en el mirador del Náutico.
El puente dispone de cuatro carriles para la circulación de vehículos, un bidegorri y dos aceras de 5 metros de ancho para el tránsito de los peatones. La iluminación del mismo se dispone en dos columnas inclinadas en la margen derecha del río a una altura de 12 metros y en una luz continua empotrada en el suelo, que permite transformar la barandilla de vidrio del puente en una cortina de luz por la noche.
El puente del lehendakari Agirre se constituye en uno de los nexos de comunicación fundamentales en la nueva trama viaria de la ciudad, especialmente en relación con la autovía del Urumea. Así, el puente emboca los tráficos de salida de la ciudad hacia el sexto puente, que es la entrada hacia la Autovía del Urumea y a la conexión con la A-8 (Irun) a través de Riberas de Loiola.