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Miércoles 23 de mayo de 2012
Mañana jueves 24 de mayo a las 19:30 h. en la Sala Kutxa de la calle Andia de Donostia-San Sebastián tendrá lugar la conferencia ‘Trastornos de la articulación temporomandibular y la apnea del sueño’, con entrada libre hasta completar aforo.
Los doctores José Antonio Arruti, que ha explicado en Radio San Sebastián en qué va a consistir la conferencia, Fernando Esnal, Javier Martín y Víctor Gómez-Carrillo, que forman parte de la nueva Unidad de Cirugía Maxilofacial Integral de Policlínica Gipuzkoa, detallarán las más avanzadas técnicas para diagnosticar y tratar este tipo de trastornos. Asimismo, presentarán la primera Unidad especializada en el tratamiento del Dolor Orofacial y ATM así como la Unidad de Apnea el Sueño de Policlínica Gipuzkoa para el estudio en profundidad de estos casos.
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Trastornos de la articulación temporomandibular
La dificultad para abrir la boca por completo, el dolor en la zona del oído o los ruidos al mover la mandíbula son algunos de los síntomas característicos de disfunción en la articulación temporomandibular –articulación que une la mandíbula al cráneo-.
Según explica el doctor Víctor Gómez-Carrillo, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial de Policlínica Gipuzkoa, “aunque la causa más frecuente de dolor orofacial tiene origen en las piezas dentarias, una gran porcentaje de la población tiene problemas en la articulación temporomandibular”. El 33% de la población ha presentado o va a presentar algún síntoma clínico de disfunción en esta articulación y el 5% de éstos precisa algún tipo de intervención terapéutica. Tiene mayor incidencia en mujeres, de cada 10 pacientes 9 son mujeres frente a un hombre.
Entre las causas que pueden desencadenar esta patología está una mala mordida, la hiperlaxitud articular -mayor elasticidad en los ligamentos-, los traumatismos, una apertura oral forzada o el bruxismo -hábito de apretar los dientes o hacerlos rechinar-. Todo ello provoca desde dolores faciales, tensión mandibular, bloqueos, hasta degeneración articular y artrosis.
El dolor orofacial tiende a perpetuarse en el tiempo, transformándose en un dolor crónico. Una vez establecida la cronicidad del dolor, el tratamiento es mucho más complejo y necesita mucha mayor dedicación. En este sentido, el doctor Gómez-Carrillo explica que “en
ocasiones, la articulación está tan deteriorada que para obtener una mejoría en la calidad de vida del paciente es preciso operar. Puede tratarse de una cirugía sencilla como la artrocentesis o la artroscopia, o una cirugía más complicada como la prótesis articular sustitutiva o la cirugía ortognática”.
Cuando la articulación no está tan dañada, el primer paso es enseñar al paciente qué posturas o hábitos debe evitar, porque perjudican a su articulación o la colocación de una férula de descarga oclusal, cuyo diseño impide que las enfermedades de la articulación progresen. Con todo, insiste en que “se trata de una articulación compleja, que enferma de forma compleja y necesita un tratamiento, para el que existen múltiples abordajes”.
Apnea del sueño
El síndrome de apnea obstructiva del sueño consiste en multitud de interrupciones del ciclo respiratorio durante el sueño por colapso de la vía aérea superior. Para restablecer la respiración, el paciente hace pequeños despertares inconscientes que le impiden descansar adecuadamente durante la noche.
“Está demostrado que los pacientes que padecen este cuadro, además de somnolencia diurna, padecen un mayor riesgo de tener infartos cerebrales, hipertensión pulmonar y otras enfermedades graves”, explica Gómez-Carrillo a la vez que advierte que “el 80% de los pacientes afectados no están diagnosticados”. En ausencia de intervención terapéutica, se trata de una enfermedad grave. De hecho “si no se trata, el 30% de las personas que lo sufren fallecerán en los próximos 15 años, muchos de ellos por accidentes de tráfico al quedarse dormidos al volante”.
Aunque la somnolencia diurna y el ronquido son los síntomas más llamativos, los pacientes con apnea obstructiva del sueño pueden presentar pérdidas de memoria, irritabilidad, depresión, arritmias cardíacas, hipertensión arterial, etc.
El tratamiento de esta enfermedad ha sido clásicamente la CPAP, una mascarilla que insufla aire a presión por la noche y desobstruye la vía aérea cuando es necesario. No obstante, en los casos en que el paciente no tolera la CPAP puede plantearse un tratamiento quirúrgico. “Aquí los cirujanos maxilofaciales tienen un papel fundamental y participan junto a otros especialistas para un tratamiento quirúrgico integral”, señala Gómez-Carrillo.
El tratamiento quirúrgico de la apnea del sueño transcurre a lo largo de dos fases que pueden ser sucesivas o simultáneas. En una primera fase predomina la figura del otorrinolaringólogo, quien plantea acortar el velo del paladar, extirpar las amígdalas, rectificar el tabique nasal... según las necesidades de cada paciente. El cirujano maxilofacial se hace cargo de la segunda fase. En ella se realiza una cirugía ortognática bimaxilar en la que se avanzan los huesos del macizo facial, liberando la vía aérea. “Entre ambas fases se consiguen unos criterios de éxito que rondan el 90%”, apunta el especialista.
’HOY POR HOY SAN SEBASTIÁN’ con Vanessa Rodríguez
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