El porcentaje de adictos al trabajo en España podría pasar del 4,6 % actual al 11,8 % de los trabajadores en diciembre de 2015, según un estudio desarrollado por investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, la Universidad Jaime I de Castellón y la Universidad del País Vasco
Jueves 6 de septiembre de 2012 | EFE
Los investigadores han analizado la posible evolución de esta adicción en los próximos años bajo diferentes perspectivas para la economía española, mediante la aplicación de un modelo matemático de ecuaciones en diferencias.
Según afirman los autores en una nota difundida por las universidades Politécnica de Valencia y UPV-EHU, del estudio se deriva la necesidad de poner en marcha medidas para evitar el contagio de la que está considerada como "una de las psicopatologías sociales de este siglo".
Asimismo, se concluye la necesidad de promocionar una cultura empresarial que permita "aumentar la capacidad de los trabajadores para sobreponerse a contextos de dolor emocional, traumas o el miedo a perder el empleo".
Un equipo de investigación de la Jaime I especializado en la prevención psicosocial en el ámbito laboral elaboró un cuestionario para medir y clasificar a la población según su nivel de adicción, que fue respondido por cerca de 1.200 trabajadores de la Comunitat Valenciana y el País Vasco de entre 16 y 69 años.
El cuestionario les permitió discernir el nivel de adicción y en qué medida los empleados disfrutan trabajando, ya que hay quienes pueden llegar a convertirse en adictos, "dedicando una excesiva cantidad de tiempo y energía a trabajar y haciéndolo de forma muy intensa y compulsiva".
Otros "trabajan duro porque les divierte y no porque sientan que es lo que tienen que hacer, son los trabajadores ''engaged'' o muy vinculados con su trabajo", según el investigador de la Universidad Jaime I Mario del Líbano.
A partir de los resultados de la encuesta, para construir el modelo matemático, los investigadores dividieron a la población en tres categorías: trabajadores racionales (con 40 horas o menos semanales); sobretrabajadores (más de 40 horas) y adictos (determinados por su nivel de compulsión a partir de las respuestas ofrecidas en la encuesta).
En el estudio, también se tuvo en cuenta cuatro posibles escenarios económicos: el primero, basado en las previsiones de la OCDE, "que augura un crecimiento del paro hasta 2013"; y un segundo, optimista, "que contempla la bajada de la tasa de desempleo el año que viene a niveles de 2010".
El tercero se basó en los análisis de la FUNCAS, "que prevé una recuperación lenta a partir de 2014"; y un último, más pesimista, "marcado por un continuo ascenso del número de parados en España desde 2012 y hasta 2015".
También se tuvieron en cuenta factores que pueden influir en la adicción al trabajo, como por ejemplo situaciones de estrés emocional, que los investigadores cuantificaron a partir de la tasa de disoluciones matrimoniales, y el contagio social.
A partir de la aplicación del modelo, el estudio augura un incremento de adictos laborales en todos los escenarios, sobre todo en el "optimista", con un 11,88 %.
En el de la OCDE, la tasa es de un 11,72 %; de un 11,65 % en el de FUNCAS; y en el peor de los escenarios de un 11,55 %, según el estudio.
Según afirman los autores en una nota difundida por las universidades Politécnica de Valencia y UPV-EHU, del estudio se deriva la necesidad de poner en marcha medidas para evitar el contagio de la que está considerada como "una de las psicopatologías sociales de este siglo".
Asimismo, se concluye la necesidad de promocionar una cultura empresarial que permita "aumentar la capacidad de los trabajadores para sobreponerse a contextos de dolor emocional, traumas o el miedo a perder el empleo".
Un equipo de investigación de la Jaime I especializado en la prevención psicosocial en el ámbito laboral elaboró un cuestionario para medir y clasificar a la población según su nivel de adicción, que fue respondido por cerca de 1.200 trabajadores de la Comunitat Valenciana y el País Vasco de entre 16 y 69 años.
El cuestionario les permitió discernir el nivel de adicción y en qué medida los empleados disfrutan trabajando, ya que hay quienes pueden llegar a convertirse en adictos, "dedicando una excesiva cantidad de tiempo y energía a trabajar y haciéndolo de forma muy intensa y compulsiva".
Otros "trabajan duro porque les divierte y no porque sientan que es lo que tienen que hacer, son los trabajadores ''engaged'' o muy vinculados con su trabajo", según el investigador de la Universidad Jaime I Mario del Líbano.
A partir de los resultados de la encuesta, para construir el modelo matemático, los investigadores dividieron a la población en tres categorías: trabajadores racionales (con 40 horas o menos semanales); sobretrabajadores (más de 40 horas) y adictos (determinados por su nivel de compulsión a partir de las respuestas ofrecidas en la encuesta).
En el estudio, también se tuvo en cuenta cuatro posibles escenarios económicos: el primero, basado en las previsiones de la OCDE, "que augura un crecimiento del paro hasta 2013"; y un segundo, optimista, "que contempla la bajada de la tasa de desempleo el año que viene a niveles de 2010".
El tercero se basó en los análisis de la FUNCAS, "que prevé una recuperación lenta a partir de 2014"; y un último, más pesimista, "marcado por un continuo ascenso del número de parados en España desde 2012 y hasta 2015".
También se tuvieron en cuenta factores que pueden influir en la adicción al trabajo, como por ejemplo situaciones de estrés emocional, que los investigadores cuantificaron a partir de la tasa de disoluciones matrimoniales, y el contagio social.
A partir de la aplicación del modelo, el estudio augura un incremento de adictos laborales en todos los escenarios, sobre todo en el "optimista", con un 11,88 %.
En el de la OCDE, la tasa es de un 11,72 %; de un 11,65 % en el de FUNCAS; y en el peor de los escenarios de un 11,55 %, según el estudio.
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