Hoy hemos entrevistado a la actriz donostiarra Barbara Goenaga, que se encuentra en el Festival de Cine de San Sebastián presentando “Izarraren Argiak” (“Estrellas que alcanzar”). La película cuenta la historia de Victoria, una mujer que, como muchas otras durante la Guerra Civil, no sólo fue privada de sus libertades, sino que le arrebataron lo que más quería, su hijo.
La película, dirigida por Mikel Rueda, está interpretada en sus papeles protagonistas por Barbara Goenaga, Itziar Lazkano, Klara Badiola, Estíbaliz Gabilondo y Amaia Lizarralde.
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Barbara Goenaga interpreta a Victoria, madre de Raúl y hermana de Sagrario. El haber ejercido de maestra y el haber tenido que sacar su familia adelante la han convertido en una luchadora de temperamento fuerte, una líder que se aferrará a cualquier cosa, por pequeña que sea, para no perder la esperanza, para perseguir los sueños. Porque estés donde estés siempre ahí sueños a seguir, estre¬llas que alcanzar, aunque la oscuridad del calabozo se afane una y otra vez en tratar de apagar su luz. Su condición de maestra y viuda republicana la situarán en el punto de mira del poder establecido. Pero, Victoria no es de las que pregona su posicionamiento político. Es el amor a su hijo y su visión sobre lo que está bien y lo que está mal lo que la hacen rebelarse contra la injusticia, lo que la impulsan a actuar. Y en la cárcel de Saturrarán no le faltarán motivos.
SINOPSIS
1938. Victoria, viuda de un republicano, ingresa en la prisión de Saturrarán junto con su hermana y su hijo. En esta prisión de mujeres, custodiada por las monjas mercedarias, se vivió uno de los capítulos más oscuros de la guerra civil española. Y Victoria lo vivió en sus propias carnes. La Pantera Blanca, directora del centro, instigada por las teorías del Doctor Vallejo, arrebatará de las manos a los hijos de las presas, poniendo por bandera el bien de España”.
Victoria, desesperada por la pérdida de su hijo, se enfrentará a la Pantera Blanca junto con las demás reclusas, sufrirá sus castigos y humillaciones, trata¬rá de huir y, finalmente, aprenderá a sobrevivir con la esperanza de reencontrarse con su hijo. Y es que cuando todo está perdido, la esperanza es lo único que puede salvarte.
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