El Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) participa en varios proyectos pioneros en la investigación de las lenguas de signos en España, una vía para conocer más sobre el cerebro
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Miércoles 11 de septiembre de 2013
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Las lenguas de signos que las personas sordas emplean para comunicarse, son idiomas completos, con gramática y sintaxis propias y particulares para cada lengua. La diferencia con las lenguas habladas estriba en que en vez de emplear sonidos para trasladar un mensaje, sus usuarios emplean signos visuales que trazan con las manos.
Las diferentes lenguas de signos que se usan en cada país (en España, la catalana y la española) no tienen relación alguna con el idioma hablado propio del lugar. Son códigos de signos que van haciéndose complejos una vez la masa crítica de usuarios y sus interacciones comienzan a ser suficientemente grandes e intensas.
Los usuarios de estas lenguas son capaces de lanzar mensajes tan completos, precisos o metafóricos como los usuarios de lenguas habladas. Sin embargo, la ciencia todavía no conoce los mecanismos neurológicos que se producen en el cerebro de las personas sordas cuando se comunican con la misma exactitud que en el caso de los usuarios de lenguas orales.
Dado el enorme interés del estudio de las diferencias y similitudes entre lenguas habladas y lenguas de signos para la neurociencia del lenguaje y la escasa investigación sobre estas últimas llevada a cabo hasta ahora, el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) se ha lanzado a ayudar a poner las bases de la investigación en España en este campo, con varios proyectos de investigación pensados para articular la estructura técnica que se empleará en la investigación de la Lengua de Signos Española (LSE), así como en varias acciones de divulgación.
Las diferentes lenguas de signos que se usan en cada país (en España, la catalana y la española) no tienen relación alguna con el idioma hablado propio del lugar. Son códigos de signos que van haciéndose complejos una vez la masa crítica de usuarios y sus interacciones comienzan a ser suficientemente grandes e intensas.
Los usuarios de estas lenguas son capaces de lanzar mensajes tan completos, precisos o metafóricos como los usuarios de lenguas habladas. Sin embargo, la ciencia todavía no conoce los mecanismos neurológicos que se producen en el cerebro de las personas sordas cuando se comunican con la misma exactitud que en el caso de los usuarios de lenguas orales.
Dado el enorme interés del estudio de las diferencias y similitudes entre lenguas habladas y lenguas de signos para la neurociencia del lenguaje y la escasa investigación sobre estas últimas llevada a cabo hasta ahora, el Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) se ha lanzado a ayudar a poner las bases de la investigación en España en este campo, con varios proyectos de investigación pensados para articular la estructura técnica que se empleará en la investigación de la Lengua de Signos Española (LSE), así como en varias acciones de divulgación.
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El investigador del BCBL Brendan Costello con una compañera |