La antigua panificadora Lekuona de Errenteria, propiedad del Ayuntamiento de dicha localidad, acogerá el año 2015 un centro dedicado a la danza y las artes escénicas
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Miércoles 18 de septiembre de 2013 | GIPUZKOABERRI
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El proyecto arquitectónico, que se encuentra en estos momentos en fase de redacción, se desarrollará en dos etapas. La primera ya ha tenido lugar y ha sido el concurso arquitectónico convocado por el Ayuntamiento de Errenteria en el que la propuesta del estudio donostiarra Vaumm se impuso entre un total de siete. Esa propuesta será el punto de partida para redactar el proyecto definitivo al que se incorporarán las conclusiones extraídas del proceso participativo que comienza mañana y en el que tomarán parte profesionales del sector de las artes escénicas.
Así lo han explicado esta mañana la diputada de Cultura, Juventud y Deportes Ikerne Badiola, y el alcalde de la localidad, Julen Mendoza, en una rueda de prensa en la que también ha estado presente el arquitecto Jon Muniategiandikoetxea del estudio Vaumm.
Según han explicado, este proceso participativo que gestionará Elhuyar, tiene como fin determinar los usos y las características del edificio que, tal y como se anunció, acogerá el centro de recursos para la danza de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Dantzagunea, situado actualmente en Arteleku, así como diversos espacios para la creación orientados a la danza, las artes escénicas y la expresión corporal.
Así lo han explicado esta mañana la diputada de Cultura, Juventud y Deportes Ikerne Badiola, y el alcalde de la localidad, Julen Mendoza, en una rueda de prensa en la que también ha estado presente el arquitecto Jon Muniategiandikoetxea del estudio Vaumm.
Según han explicado, este proceso participativo que gestionará Elhuyar, tiene como fin determinar los usos y las características del edificio que, tal y como se anunció, acogerá el centro de recursos para la danza de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Dantzagunea, situado actualmente en Arteleku, así como diversos espacios para la creación orientados a la danza, las artes escénicas y la expresión corporal.
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El proceso participativo arrancará mañana y hasta finales de octubre tendrán lugar tres talleres en los que se identificarán las necesidades del sector, se definirán los usos de Lekuona y se determinarán las necesidades del edificio. Las conclusiones de este proceso en el que participarán entre 20 y 30 gestores, técnicos, actores, escenógrafos y bailarines se remitirán al equipo de arquitectos con el fin de que se incorporen al proyecto cuya ejecución comenzará en marzo y se prolongará durante 15 meses aproximadamente.
No obstante, parte de las obras, las que tienen que ver con la consolidación del edificio, arrancarán este mismo año. La ejecución de esta primera fase se realizará entre los meses de diciembre y enero.
La diputada de Cultura, Juventud y Deporte, Ikerne Badiola, ha señalado que este proyecto “responderá a las necesidades de Errenteria” en cuanto a equipamientos culturales y espacios de creación recogidos en el plan estratégico de la ciudad y largamente demandadas por agentes culturales locales, al tiempo que “prestará servicio al sector de la danza a nivel de Gipuzkoa”.
Según Badiola, el proyecto permitirá “ampliar los servicios y recursos que actualmente se ofrecen en Dantzagunea” trasladándolos a un espacio “mayor, mejor comunicado e integrado en una ciudad en la que existe un tejido cultural muy importante en torno a la danza”, sede de diversos grupos de danza de primer orden a nivel de Euskal Herria.
Asimismo, Badiola ha puesto en valor la forma “novedosa” en la que se está desarrollando el proyecto. “La Diputación ha apostado por la participación directa y se está trabajando en estrecha relación y con la participación activa de los agentes del sector, con los futuros usuarios del equipamiento. Esto es una garantía para que Lekuona responda a necesidades reales y asegure su viabilidad”. Asimismo, ha afirmado que estos profesionales representan “a toda la cadena de valor” del sector.
Por otra parte, la diputada se ha referido a Oarsoaldea como “una de las zonas menos favorecidas de Gipuzkoa en términos socioeconómicos y una de las más pobladas” lo cual exige “apuestas decididas” por parte de la Diputación.
El alcalde de Errenteria Julen Mendoza ha explicado que el municipio está pasando de ser una ciudad postindustrial a ser un polo de cultura y creatividad: “Estamos diseñando la Errenteria del futuro, y el centro de artes escénicas y danza es una pieza importante, que se deberá completar con otras muchas”.
Según Mendoza, el proyecto “es una oportunidad de enorme importancia para este pueblo, toda vez que, por una parte establecerá y extenderá el arraigo cultural existente respecto a todas las artes escénicas, y por otra, se convertirá en un elemento importante para su desarrollo económico y social”.
El alcalde, asimismo, ha señalado que Lekuona permitirá la diferenciación de Errenteria respecto al entorno; “tomando la cultura como eje, podremos proyectar una nueva imagen de marca”. Y ha añadido que “todo ello será posible respetando tanto el entorno como el pasado industrial de la villa”, ya que el proyecto se ubicará en el edificio Lekuona, antigua panificadora industrial situada en el barrio de Olibet. El edificio, cerrado desde 2005, “pasará de ser una fábrica de pan a ser fábrica de creación artística”.
No obstante, parte de las obras, las que tienen que ver con la consolidación del edificio, arrancarán este mismo año. La ejecución de esta primera fase se realizará entre los meses de diciembre y enero.
La diputada de Cultura, Juventud y Deporte, Ikerne Badiola, ha señalado que este proyecto “responderá a las necesidades de Errenteria” en cuanto a equipamientos culturales y espacios de creación recogidos en el plan estratégico de la ciudad y largamente demandadas por agentes culturales locales, al tiempo que “prestará servicio al sector de la danza a nivel de Gipuzkoa”.
Según Badiola, el proyecto permitirá “ampliar los servicios y recursos que actualmente se ofrecen en Dantzagunea” trasladándolos a un espacio “mayor, mejor comunicado e integrado en una ciudad en la que existe un tejido cultural muy importante en torno a la danza”, sede de diversos grupos de danza de primer orden a nivel de Euskal Herria.
Asimismo, Badiola ha puesto en valor la forma “novedosa” en la que se está desarrollando el proyecto. “La Diputación ha apostado por la participación directa y se está trabajando en estrecha relación y con la participación activa de los agentes del sector, con los futuros usuarios del equipamiento. Esto es una garantía para que Lekuona responda a necesidades reales y asegure su viabilidad”. Asimismo, ha afirmado que estos profesionales representan “a toda la cadena de valor” del sector.
Por otra parte, la diputada se ha referido a Oarsoaldea como “una de las zonas menos favorecidas de Gipuzkoa en términos socioeconómicos y una de las más pobladas” lo cual exige “apuestas decididas” por parte de la Diputación.
El alcalde de Errenteria Julen Mendoza ha explicado que el municipio está pasando de ser una ciudad postindustrial a ser un polo de cultura y creatividad: “Estamos diseñando la Errenteria del futuro, y el centro de artes escénicas y danza es una pieza importante, que se deberá completar con otras muchas”.
Según Mendoza, el proyecto “es una oportunidad de enorme importancia para este pueblo, toda vez que, por una parte establecerá y extenderá el arraigo cultural existente respecto a todas las artes escénicas, y por otra, se convertirá en un elemento importante para su desarrollo económico y social”.
El alcalde, asimismo, ha señalado que Lekuona permitirá la diferenciación de Errenteria respecto al entorno; “tomando la cultura como eje, podremos proyectar una nueva imagen de marca”. Y ha añadido que “todo ello será posible respetando tanto el entorno como el pasado industrial de la villa”, ya que el proyecto se ubicará en el edificio Lekuona, antigua panificadora industrial situada en el barrio de Olibet. El edificio, cerrado desde 2005, “pasará de ser una fábrica de pan a ser fábrica de creación artística”.
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Proyecto arquitectónico
Su posición central dentro de la ciudad, visible, accesible y bien interconectada, hacen de esta antigua fábrica, vestigio de un importante pasado industrial ya incorporado a la memoria colectiva, un espacio idóneo para su reutilización como nuevo equipamiento cultural, que servirá además para revitalizar la actividad cultural y creativa del municipio, con un alcance que excederá los límites territoriales del mismo.
La fábrica se reconvertirá para albergar un nuevo proceso de producción, en este caso la producción artística, y más concretamente, los procesos de aprendizaje y creación relacionados con la danza y las artes escénicas. No se trata de embalsamar el antiguo edificio, ni de rehabilitarlo convirtiéndolo en otra cosa y borrando su esencia original. Se trata de posibilitar nuevas estrategias que aporten una nueva vida a esos espacios originales, en los que reside el valor del edificio original.
Bajo la premisa de que la creación no implica lujo, sino ingenio, la fábrica se adaptará con la mayor economía de medios posible. Superficies ajustadas, mínima ampliación posible, materiales industriales y máximo aprovechamiento de lo existente.
El edificio original, de 2.000 metros cuadrados, se complementará con una ampliación ubicada en su lateral trasero para albergar un programa de casi 3.900 metros cuadrados construidos. Este cuerpo anexo proporcionará la columna vertebral del programa, enlazando recorridos y núcleos de comunicación vertical y será el soporte físico de las instalaciones energéticas del centro.
Se ha concebido como un elemento compacto que contrasta en forma y en materialidad con el edifico de la antigua fábrica, mucho más fragmentado y en definitiva de otra naturaleza. Esta contraposición buscada, genera una lectura clara y rotunda de la intervención sobre el antiguo edificio industrial. Se ha dimensionado para minimizar la ocupación en superficie y mantenerse lo más distanciado posible de los bloques de viviendas contiguos.
El perfil propuesto es de planta sótano, planta baja y dos alturas. Sobre la cubierta y buscando el espacio más adecuado, se ha previsto la ubicación de una sala técnica de instalaciones. El material de acabado de fachada está compuesto por un revestimiento en chapa plegada de aluminio anodizado microperforada.
También en él se localiza el punto de carga y descarga de material, por la parte trasera del solar. Este espacio se reurbaniza y se introducen nuevos parterres ajardinados, se mantienen gran parte de las plazas de aparcamiento existentes, y se posibilita la conexión peatonal entre la plaza Gernika y Ugarritza hiribidea.
Al interior, la utilización de los mismos materiales de acabado no distinguirá de manera específica la parte rehabilitada de la parte nueva, sino que todo será tratado como un conjunto unitario.
Su posición central dentro de la ciudad, visible, accesible y bien interconectada, hacen de esta antigua fábrica, vestigio de un importante pasado industrial ya incorporado a la memoria colectiva, un espacio idóneo para su reutilización como nuevo equipamiento cultural, que servirá además para revitalizar la actividad cultural y creativa del municipio, con un alcance que excederá los límites territoriales del mismo.
La fábrica se reconvertirá para albergar un nuevo proceso de producción, en este caso la producción artística, y más concretamente, los procesos de aprendizaje y creación relacionados con la danza y las artes escénicas. No se trata de embalsamar el antiguo edificio, ni de rehabilitarlo convirtiéndolo en otra cosa y borrando su esencia original. Se trata de posibilitar nuevas estrategias que aporten una nueva vida a esos espacios originales, en los que reside el valor del edificio original.
Bajo la premisa de que la creación no implica lujo, sino ingenio, la fábrica se adaptará con la mayor economía de medios posible. Superficies ajustadas, mínima ampliación posible, materiales industriales y máximo aprovechamiento de lo existente.
El edificio original, de 2.000 metros cuadrados, se complementará con una ampliación ubicada en su lateral trasero para albergar un programa de casi 3.900 metros cuadrados construidos. Este cuerpo anexo proporcionará la columna vertebral del programa, enlazando recorridos y núcleos de comunicación vertical y será el soporte físico de las instalaciones energéticas del centro.
Se ha concebido como un elemento compacto que contrasta en forma y en materialidad con el edifico de la antigua fábrica, mucho más fragmentado y en definitiva de otra naturaleza. Esta contraposición buscada, genera una lectura clara y rotunda de la intervención sobre el antiguo edificio industrial. Se ha dimensionado para minimizar la ocupación en superficie y mantenerse lo más distanciado posible de los bloques de viviendas contiguos.
El perfil propuesto es de planta sótano, planta baja y dos alturas. Sobre la cubierta y buscando el espacio más adecuado, se ha previsto la ubicación de una sala técnica de instalaciones. El material de acabado de fachada está compuesto por un revestimiento en chapa plegada de aluminio anodizado microperforada.
También en él se localiza el punto de carga y descarga de material, por la parte trasera del solar. Este espacio se reurbaniza y se introducen nuevos parterres ajardinados, se mantienen gran parte de las plazas de aparcamiento existentes, y se posibilita la conexión peatonal entre la plaza Gernika y Ugarritza hiribidea.
Al interior, la utilización de los mismos materiales de acabado no distinguirá de manera específica la parte rehabilitada de la parte nueva, sino que todo será tratado como un conjunto unitario.
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