Hoy viernes se celebra el Día Mundial del Sueño. En esta sexta edición, la World Association of Sleep Medicine ha elegido el lema "Duerme bien, envejece sano" para centrar la atención en las frecuentes quejas comunes de los trastornos del sueño de las personas mayores
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Viernes 15 de marzo de 2013 | OSAKIDETZA
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Es evidente que dormir bien por la noche es posible a cualquier edad y que ello resulta de vital importancia para la salud general. El dato preocupante es que casi la mitad de las personas mayores sufre problemas con el sueño por causas ajenas al propio envejecimiento. Dada su relación con la mortalidad y la morbilidad, y teniendo en cuenta que la mayoría de los casos pueden ser tratados, la jornada busca la concienciación de la ciudadanía y de los profesionales de la salud en tan importante ámbito sanitario.
En dicha labor se implican sociedades científicas: sueño, neurología, neumología, etc. Todas ellas pretenden abordar este problema desde un ámbito pluridisciplinar.
Sueño y envejecimiento
Al envejecer se producen cambios físicos y cambios en la manera de dormir: dificultades para iniciar el sueño y bastantes despertares. No es cierto que la cantidad de sueño disminuye con la edad: permanece constante y solo cambia la llamada estructura del sueño. Muchas alteraciones pueden ser atribuidas a enfermedades físicas y psíquicas y a los medicamentos a ellas asociados.
También alteran el sueño los ritmos diarios, el llamado reloj biológico, que coordinan la sincronización de las funciones del cuerpo, incluyendo el dormir.
La presencia de insomnio o falta de sueño es alta entre las personas mayores: afecta a un 44%. Si es grave puede afectar a la salud de la persona. Evitar la cafeína o privarse de las siestas pueden ayudar a resolver el problema.
El ronquido es la causa más frecuente de alteración del sueño y esto empeora con la edad. Puede asociarse con las famosas apneas, un problema de salud asociado a cardiopatías, hipertensión arterial, etc.
En dicha labor se implican sociedades científicas: sueño, neurología, neumología, etc. Todas ellas pretenden abordar este problema desde un ámbito pluridisciplinar.
Sueño y envejecimiento
Al envejecer se producen cambios físicos y cambios en la manera de dormir: dificultades para iniciar el sueño y bastantes despertares. No es cierto que la cantidad de sueño disminuye con la edad: permanece constante y solo cambia la llamada estructura del sueño. Muchas alteraciones pueden ser atribuidas a enfermedades físicas y psíquicas y a los medicamentos a ellas asociados.
También alteran el sueño los ritmos diarios, el llamado reloj biológico, que coordinan la sincronización de las funciones del cuerpo, incluyendo el dormir.
La presencia de insomnio o falta de sueño es alta entre las personas mayores: afecta a un 44%. Si es grave puede afectar a la salud de la persona. Evitar la cafeína o privarse de las siestas pueden ayudar a resolver el problema.
El ronquido es la causa más frecuente de alteración del sueño y esto empeora con la edad. Puede asociarse con las famosas apneas, un problema de salud asociado a cardiopatías, hipertensión arterial, etc.
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