El proyecto se ha podido llevar adelante gracias al gran esfuerzo de los participantes y la colaboración de Musikene y de Donostia Kultura
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Domingo 2 de febrero de 2014
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Con la representación de la ópera Armida de Haydn, Donostia Musika da un paso más en los objetivos de dar la oportunidad a jóvenes intérpretes y cantantes de demostrar sus cualidades, y de ofrecer al público guipuzcoano, a precios simbólicos, música en directo que pocas veces puede oírse o verse en nuestra provincia.
Armida de Joseph Haydn es una ópera bellísima. Nunca se ha representado en Gipuzkoa y en los últimos 10 años ha habido únicamente 5 representaciones de esta ópera en el mundo. Debido a los costes de producción se representará en versión semi-escenificada, con sobretítulos tanto en euskera como en castellano. No obstante, la orquesta consta de 30 integrantes, tal y como Haydn la diseñó para esta ópera.
Ningún intérprete recibe compensación económica alguna por su participación en Armida. Ellos mismos se costean los viajes y las estancias en la ciudad. La ópera que presentarán los días 8 y 9 de febrero en el Teatro Principal es fruto de cuatro largos meses de trabajo.
Armida de Joseph Haydn es una ópera bellísima. Nunca se ha representado en Gipuzkoa y en los últimos 10 años ha habido únicamente 5 representaciones de esta ópera en el mundo. Debido a los costes de producción se representará en versión semi-escenificada, con sobretítulos tanto en euskera como en castellano. No obstante, la orquesta consta de 30 integrantes, tal y como Haydn la diseñó para esta ópera.
Ningún intérprete recibe compensación económica alguna por su participación en Armida. Ellos mismos se costean los viajes y las estancias en la ciudad. La ópera que presentarán los días 8 y 9 de febrero en el Teatro Principal es fruto de cuatro largos meses de trabajo.
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Argumento
El rey Idreno de Damasco está alarmado porque los cruzados han cruzado el río Jordán y están cerca de Jerusalén. Sus intentos para que su hija Armida hechice a los héroes cristianos para alejarlos de la causa cristiana no han dado los frutos que esperaba, puesto que la princesa Armida se ha enamorado de Rinaldo, el más bravo héroe cristiano. Aunque ha conseguido embrujarlo y llevárselo al palacio de Damasco, no ha frenado el avance cristiano.
Rinaldo, escuchando las palabras del rey Idreno, se compromete a luchar contra sus hermanos cristianos; Idreno le ofrece el reino y la mano de Armida si vuelve victorioso.
El caballero cruzado Ubaldo, amigo de Rinaldo, y sus soldados deciden descansar en una cima rocosa cercana al palacio de Idreno, para adentrarse en el palacio real y liberar a Rinaldo de su embrujo para que encabece el asalto cruzado a Jerusalén.
Ubaldo advierte a Rinaldo del embrujo que pesa sobre su cabeza por culpa de Armida, y le recuerda su compromiso con la causa cristiana. Rinaldo duda de si partir o no. Cuando Ubaldo lo deja sólo, aparece Armida y Rinaldo vuelve a caer en su hechizo amoroso y no puede abandonarla.
Ubaldo acude al rey Idreno de Damasco para que libere a Rinaldo de su encantamiento. Idreno cede al final, y Ubaldo consigue que Rinaldo huya con él, pese a que Armida lo maldice y reniega del amor de Rinaldo.
Rinaldo aprovecha que sus soldados descansan en la cima rocosa, para adentrarse en el bosque prohibido con la intención de cortar el Mirto Sagrado, el árbol mágico que da los poderes a Armida. Aparece Zelmira e intenta corromper a Rinaldo para que cese en su empeño. Rinaldo, fiel a su compromiso, corta el árbol que le mantenía embrujado, y decide partir a la batalla en Jerusalén con Ubaldo.
Aparece Armida en la cima rocosa, que le suplica a Rinaldo que no la abandone, pero Rinaldo, liberado de su embrujo, jura volver a por su amada Armida, pero una vez haya vencido.
El rey Idreno de Damasco está alarmado porque los cruzados han cruzado el río Jordán y están cerca de Jerusalén. Sus intentos para que su hija Armida hechice a los héroes cristianos para alejarlos de la causa cristiana no han dado los frutos que esperaba, puesto que la princesa Armida se ha enamorado de Rinaldo, el más bravo héroe cristiano. Aunque ha conseguido embrujarlo y llevárselo al palacio de Damasco, no ha frenado el avance cristiano.
Rinaldo, escuchando las palabras del rey Idreno, se compromete a luchar contra sus hermanos cristianos; Idreno le ofrece el reino y la mano de Armida si vuelve victorioso.
El caballero cruzado Ubaldo, amigo de Rinaldo, y sus soldados deciden descansar en una cima rocosa cercana al palacio de Idreno, para adentrarse en el palacio real y liberar a Rinaldo de su embrujo para que encabece el asalto cruzado a Jerusalén.
Ubaldo advierte a Rinaldo del embrujo que pesa sobre su cabeza por culpa de Armida, y le recuerda su compromiso con la causa cristiana. Rinaldo duda de si partir o no. Cuando Ubaldo lo deja sólo, aparece Armida y Rinaldo vuelve a caer en su hechizo amoroso y no puede abandonarla.
Ubaldo acude al rey Idreno de Damasco para que libere a Rinaldo de su encantamiento. Idreno cede al final, y Ubaldo consigue que Rinaldo huya con él, pese a que Armida lo maldice y reniega del amor de Rinaldo.
Rinaldo aprovecha que sus soldados descansan en la cima rocosa, para adentrarse en el bosque prohibido con la intención de cortar el Mirto Sagrado, el árbol mágico que da los poderes a Armida. Aparece Zelmira e intenta corromper a Rinaldo para que cese en su empeño. Rinaldo, fiel a su compromiso, corta el árbol que le mantenía embrujado, y decide partir a la batalla en Jerusalén con Ubaldo.
Aparece Armida en la cima rocosa, que le suplica a Rinaldo que no la abandone, pero Rinaldo, liberado de su embrujo, jura volver a por su amada Armida, pero una vez haya vencido.
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