Dirección:
Fernando Trueba
Intérpretes:
Jean Rochefort, Aida Folch, Claudia Cardinale,
Götz Otto, Chus Lampreave, Christian Sinniget, Marin Gamet, Mateo Deluz
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En la Francia ocupada de 1943 viven un viejo escultor y su esposa en un pequeño pueblo cercano a la frontera española.
El artistaMarc Cros (Jean Rochefort), de 80 años, dejó de esculpir hace ya tiempo. Ha visto dos guerras y, desilusionado, no espera gran cosa de la vida y de la especie humana. Pero un día su mujer, Léa (Claudia Cardinale), recoge de la calle a una joven campesina española,Mercè (Aida Folch), que huye del ejército franquista.
El matrimonio le ofrece a Mercè que viva en el taller del escultor y, mientras dure su estancia allí, que sea su modelo en la que será la última obra del viejo Cros.
Poco a poco, nace una hermosa relación entre la joven que acaba de empezar a vivir y el artista que ve cercano su horizonte final.
En el taller de la montaña, mientras trabajan, modelo y artista hablan con sencillez y cercanía de todo lo que les rodea.
El artistaMarc Cros (Jean Rochefort), de 80 años, dejó de esculpir hace ya tiempo. Ha visto dos guerras y, desilusionado, no espera gran cosa de la vida y de la especie humana. Pero un día su mujer, Léa (Claudia Cardinale), recoge de la calle a una joven campesina española,Mercè (Aida Folch), que huye del ejército franquista.
El matrimonio le ofrece a Mercè que viva en el taller del escultor y, mientras dure su estancia allí, que sea su modelo en la que será la última obra del viejo Cros.
Poco a poco, nace una hermosa relación entre la joven que acaba de empezar a vivir y el artista que ve cercano su horizonte final.
En el taller de la montaña, mientras trabajan, modelo y artista hablan con sencillez y cercanía de todo lo que les rodea.
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Notas del director | “El artista y la modelo” es un tema frecuente del arte moderno. Picasso y Matisse han sido algunos de sus más asiduos frecuentadores. No se trataba de un ejercicio narcisista, pues era un tema que iba más allá del simple autorretrato.
Mi película pretende ser una variación sobre este tema. Una variación cinematográfica.
En 2005, comencé a trabajar en el guión con Jean-Claude Carrière, después de una primera versión de la historia realizada con Azcona, que luego no fue utilizada para la escritura final.
Carrière entró en el cine colaborando con Jacques Tati y Pierre Etaix. Y además de sus guiones para —y con— Luis Buñuel, ha colaborado con Milos Forman y Louis Malle, con Peter Brook y Patrice Chéreau, con Andrzej Wajda y Volker Schlöndorff...
Nuestro objetivo en el guión fue contar la película y construir nuestro estilo, en solidaridad con nuestro personaje, con su búsqueda de un arte pegado a la tierra. Huir de los habituales trucos narrativos, de la dramaturgia del cine de género, para intentar alcanzar la difícil sencillez que nuestro protagonista busca de forma obsesiva.
Se trata de una película que “habla” de grandes temas, pero no queremos que “diserte” sobre ellos. Mirar de frente a las cosas, pero huyendo de la trascendencia y la ampulosidad.
La vida y la muerte.
La juventud y la vejez.
La belleza en tiempos de horror —¿no lo son todos?—.
Una película sobre el sentido y la necesidad del arte.
Sobre la búsqueda de la belleza.
Fernando Trueba
Mi película pretende ser una variación sobre este tema. Una variación cinematográfica.
En 2005, comencé a trabajar en el guión con Jean-Claude Carrière, después de una primera versión de la historia realizada con Azcona, que luego no fue utilizada para la escritura final.
Carrière entró en el cine colaborando con Jacques Tati y Pierre Etaix. Y además de sus guiones para —y con— Luis Buñuel, ha colaborado con Milos Forman y Louis Malle, con Peter Brook y Patrice Chéreau, con Andrzej Wajda y Volker Schlöndorff...
Nuestro objetivo en el guión fue contar la película y construir nuestro estilo, en solidaridad con nuestro personaje, con su búsqueda de un arte pegado a la tierra. Huir de los habituales trucos narrativos, de la dramaturgia del cine de género, para intentar alcanzar la difícil sencillez que nuestro protagonista busca de forma obsesiva.
Se trata de una película que “habla” de grandes temas, pero no queremos que “diserte” sobre ellos. Mirar de frente a las cosas, pero huyendo de la trascendencia y la ampulosidad.
La vida y la muerte.
La juventud y la vejez.
La belleza en tiempos de horror —¿no lo son todos?—.
Una película sobre el sentido y la necesidad del arte.
Sobre la búsqueda de la belleza.
Fernando Trueba
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Los personajes
Marc Cros | Marc es un viejo artista. Escultor. En el otoño de la vida, Cros es un hombre sin muchas ilusiones. Vivió la Gran Guerra y pensó que los seres humanos al menos habrían aprendido de la experiencia para que algo así no volviera a repetirse.
Ahora estamos en el verano de 1943. Europa está de nuevo inmersa en otra guerra tan devastadora y cruel como la anterior. Francia vive bajo el régimen de Vichy y la Ocupación alemana.
A sus 80 años, Cros ha abandonado su trabajo ya hace algún tiempo y se ha retirado a su tierra natal, el Roussillon. Allí, junto al mar y al Pirineo, pasa sus últimos días esperando el final, en compañía de su mujer, compañera, cómplice y antigua modelo, Léa.
Como gran parte de los artistas, antiguos y contemporáneos, Marc Cros, nuestro escultor, ha consagrado su vida, su trabajo, a la búsqueda de la belleza. Y su tema central ha sido el cuerpo humano, y más concretamente, el de la mujer.
Durante toda su vida, Cros ha estado trabajando en una dirección, intentando alcanzar, a través de la sencillez, de la pureza, la esencia de las formas, la belleza en su sentido más puro, despojada de todo artificio, como los escultores griegos de la época preclásica.
Tiene la sensación de haberse acercado a algo a la vez esencial y primitivo, pero sin haber alcanzado nunca su objetivo. Siente que ha dado vueltas a su alrededor para, al final, acabar escurriéndosele entre los dedos.
Aparentemente huraño y misántropo, Cros es en realidad un hombre impaciente. Le queda poco tiempo y quiere aprovecharlo. Tiene algo de místico, de alquimista, pero lo que busca es la desnudez absoluta de manipulación, de artificio.
Mercè | Mercè es una joven catalana de apenas 20 años. La Guerra Civil Española la ha hecho comprometerse y luchar a muy temprana edad. Como tantos miles de españoles, cruzó la frontera francesa huyendo de las tropas franquistas, una vez perdida la guerra, en la que ha participado y luchado hasta el final. Ha vivido en los campos de refugiados, de uno de los cuales se ha escapado.
El encuentro con Marc Cros le permite encontrar refugio y comida durante un tiempo. Y, a la primera oportunidad, reanuda sus actividades, ayudando a un resistente a cruzar a España.
Poco a poco, se va interesando por el viejo artista e intenta entenderlo a él y, sobre todo, su manera de entender su trabajo, y su especial visión del mundo y de la vida.
Mercè es valiente y reservada. Inteligente y luchadora. La vida la ha hecho madurar, pero al mismo tiempo conserva algo infantil.
Léa | Léa es inteligente y divertida y, a sus 70 años, aún es una mujer hermosa. Fue modelo de Cros y de otros muchos artistas antes de convertirse en la compañera de este. Nadie lo conoce como ella, que sabe interpretar sus silencios y sus repentinos cambios de humor.
Léa es consciente de las horas bajas que Cros atraviesa y cree que volver al trabajo le devolvería las ganas de vivir. Sabe que para Cros la vida es su trabajo, en su abandonado estudio de la montaña, y ella será el detonante de este “tercer acto” en la vida del artista.
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