La Real Sociedad consigue con los goles de Aguirretxe y Griezmann empatar en un partido en el que sus opciones se parecieron esfumarse en los primeros compases con los dos tantos del Barça que luego se difuminó para acabar regalando el empate a los donostiarras.
Guardiola optó por dar la titularidad a los habituales suplentes y dejar en el banquillo a Leo Messi acompañado de Andrés Iniesta y David Villa. Una alternativa que parecía ser la adecuada cuando Xavi y Cesc adelantaban al Barça en los primeros once minutos del partido. Escasos minutos en los que los pupilos de Guardiola habían descubierto el enorme resquicio que presentaba la defensa donostiarra jugando tan adelantada.
Era cuestión de tiempo que alguno de los creadores azulgrana consiguiera romper la barrera defensiva compuesta por el francés Philippe Montanier para que alguno de los delanteros consiguiera interceptar el cuero y poner tierra de por medio en el marcador. Primero fue Alexis quien le puso el balón en bandeja a Xavi para que rematase a placer. Instantes después, fue Pedro quien tras fallar de ante Bravo posibilitó que Cesc marcase su quinto gol en los últimos cinco partidos oficiales en los que ha participado.
Pero el dominio del encuentro no lo tenía el Barça. Nadie conseguía llevar la batuta en Anoeta, donde el terreno de juego estaba completamente volcado hacia la portería del chileno Bravo que veía como el dibujo táctico de su entrenador no daba buenos resultados y daba lugar a diversas ocasiones de peligro con el sello azulgrana. Unas ocasiones que, ya en la segunda mitad, se trasladaron a la portería de Víctor Valdés, que si bien no intervino hasta el minuto 43, tuvo que recoger hasta en dos ocasiones el balón del fondo de las mallas. Aguirretxe y Griezmann aprovecharon dos fallos de los de Guardiola para poner las tablas en el marcador.
A partir de ese momento y con la baja de Alexis (sufrió una rotura en los isquiotibiales que, previsiblemente, le tendrá apartado de los terrenos de juego entre 6 y 8 semanas) a las espaldas, los culés veían como se les escapaba el partido y tres puntos que, visto lo visto, pueden ser vitales de cara al título liguero. Un título que, por suerte para los aficionados al deporte rey en nuestro país, empieza a ponerse interesante en una tercera jornada (aunque solo se han disputado dos) en la que vuelven a surgir en el entorno blaugrana las dudas típicas de las jornadas que precedidas de compromisos internacionales y que anteceden a la jornada de Champions League.
Guardiola optó por dar la titularidad a los habituales suplentes y dejar en el banquillo a Leo Messi acompañado de Andrés Iniesta y David Villa. Una alternativa que parecía ser la adecuada cuando Xavi y Cesc adelantaban al Barça en los primeros once minutos del partido. Escasos minutos en los que los pupilos de Guardiola habían descubierto el enorme resquicio que presentaba la defensa donostiarra jugando tan adelantada.
Era cuestión de tiempo que alguno de los creadores azulgrana consiguiera romper la barrera defensiva compuesta por el francés Philippe Montanier para que alguno de los delanteros consiguiera interceptar el cuero y poner tierra de por medio en el marcador. Primero fue Alexis quien le puso el balón en bandeja a Xavi para que rematase a placer. Instantes después, fue Pedro quien tras fallar de ante Bravo posibilitó que Cesc marcase su quinto gol en los últimos cinco partidos oficiales en los que ha participado.
Pero el dominio del encuentro no lo tenía el Barça. Nadie conseguía llevar la batuta en Anoeta, donde el terreno de juego estaba completamente volcado hacia la portería del chileno Bravo que veía como el dibujo táctico de su entrenador no daba buenos resultados y daba lugar a diversas ocasiones de peligro con el sello azulgrana. Unas ocasiones que, ya en la segunda mitad, se trasladaron a la portería de Víctor Valdés, que si bien no intervino hasta el minuto 43, tuvo que recoger hasta en dos ocasiones el balón del fondo de las mallas. Aguirretxe y Griezmann aprovecharon dos fallos de los de Guardiola para poner las tablas en el marcador.
A partir de ese momento y con la baja de Alexis (sufrió una rotura en los isquiotibiales que, previsiblemente, le tendrá apartado de los terrenos de juego entre 6 y 8 semanas) a las espaldas, los culés veían como se les escapaba el partido y tres puntos que, visto lo visto, pueden ser vitales de cara al título liguero. Un título que, por suerte para los aficionados al deporte rey en nuestro país, empieza a ponerse interesante en una tercera jornada (aunque solo se han disputado dos) en la que vuelven a surgir en el entorno blaugrana las dudas típicas de las jornadas que precedidas de compromisos internacionales y que anteceden a la jornada de Champions League.
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